Releases

El workshop del IPCC sobre eventos climáticos extremos y desastres en América del Sur y América Central señala la necesidad de mejorar la comunicación y la gestión de riesgos

Los posibles caminos hacia la gestión de riesgos y la mejora de la comunicación de las investigaciones sobre eventos climáticos extremos constituyeron las principales recomendaciones de los participantes del workshop realizado en forma conjunta por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales – INPE y la Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de São Paulo – FAPESP, con el objetivo de discutir las evaluaciones del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) referentes al Informe Especial sobre Gestión de Riesgos de Eventos Climáticos Extremos y Desastres (SREX, por sus sigla en inglés) en América del Sur y América Central. El contenido de este informe fue el tema de discusión del evento –que reunió a unos 800 participantes durante los días 16 y 17 de agosto en la ciudad de São Paulo, Brasil–, que se concretó en colaboración con el IPCC, el Overseas Development Institute (ODI) y la Climate and Development Knowledge Network (CDKN), estas dos últimas instituciones del Reino Unido, y con el apoyo de la Agencia de Clima y Contaminación y del Ministerio de Relaciones Exteriores de Noruega.

Una de las conclusiones del Informe Especial del IPCC apunta que en las últimas décadas se ha venido detectando un incremento en la frecuencia de eventos climáticos extremos acaecidos en distintas regiones del planeta en función de los cambios climáticos. A su vez, los autores del informe señalan que los impactos socioeconómicos de dichos fenómenos, debido al aumento de la vulnerabilidad y de la exposición de la población, son producto entre otros factores de la expansión desordenada de la urbanización en regiones tales como América Central y América del Sur. Algunas de estas conclusiones pueden corroborarse con base en datos del propio informe, como por ejemplo la proliferación de eventos climáticos extremos tales como sequías, pero también al comprobarse el incremento de los gastos destinados a mitigar los perjuicios ocasionados por las inundaciones y aludes que provocan las intensas lluvias registradas en dichas regiones durante los últimos años.

Al cabo de dos días de presentación de ponencias, los participantes se dividieron en tres grupos que compilaron las principales discusiones. Como resumen, puede decirse que hubo consenso al señalarse que las instituciones comprometidas con las investigaciones referentes a estos eventos, como así también aquéllas que actúan en la planificación preventiva y en la gestión de desastres, deben esforzarse para afrontar los retos que revisten los eventos climáticos extremos. Con todo, falta aún coordinación entre dichas instituciones y conocimiento acerca de las acciones en marcha; por tal motivo, urge intensificar la integración local entre los gobiernos en lo que hace a las distintas acciones.

Al final del encuentro, los participantes también subrayaron la necesidad de hacer efectiva una comunicación más eficaz entre la comunidad científica y las autoridades locales. Puede constatarse que se requiere de una mayor colaboración entre los distintos centros de investigación y gestión, en tanto que las autoridades locales demandan más acceso a la información sobre el cambio de clima, incluso a la hora de materializar la comunicación de la incertidumbre de las proyecciones climáticas a todos los interesados, fundamentalmente cuando se trata de las comunidades locales.

Apoyo a las acciones

Entre los resultados del workshop, se constató la necesidad de incrementar el apoyo económico a la investigación climática que llevan a cabo a nivel regional las distintas instituciones, como así también apuntalar el fortalecimiento de las instituciones locales que se dedican a la gestión de riesgos. La mejora del sistema educativo y de capacitación de los profesionales ligados al cambio climático también surgió como una cuestión esencial tendiente a asegurar la eficacia de las acciones de prevención.

También se verificó que debe existir una interacción entre las distintas áreas científicas ‒las ciencias sociales inclusive‒ en las discusiones relacionadas con los cambios climáticos. Los participantes también recomendaron un diálogo permanente entre las instituciones científicas y los políticos, ya que, si bien existen actualmente organizaciones que se abocan a este tema en la región, todavía no se detecta una articulación adecuada entre las mismas.

La observación de las evidencias y el conocimiento existente sobre los eventos pasados deben transformarse en información calificada que genere aportes para la realización de proyecciones de desastres y para la toma de decisiones, sobre todo en zonas sujetas a riesgos. Por otro parte, la comunidad científica debe trabajar para disminuir la imprecisión presente en sus modelos y en las modalidades de difusión de sus resultados, para que la incertidumbre de los modelos climáticos no se erija en justificación ante la falta de acción. “Mucha información publicada en el SREX se actualizará en el marco del quinto informe del IPCC, así que esperamos contar entonces con una mejor compresión de los eventos climáticos extremos”, sostuvo José Marengo, investigador del Centro de Ciencia del Sistema Terrestre del Inpe, miembro del IPCC y uno de los autores del SREX.

De manera general, los participantes arribaron a la conclusión de que falta una estructura como para que las instituciones nacionales afronten los desafíos que se señalan en el informe, pues los sistemas nacionales todavía no se han integrado de manera adecuada. Por último, existe la necesidad de definir metas factibles, que contemplen el principio de la precaución en los diferentes niveles de gobierno, aparte de establecer planes de acción a largo plazo, con presupuestos adecuados y exentos de interferencias políticas.

Otro dato importante se refiere a los recursos económicos disponibles, respecto a los cuales los participantes apuntan que urge contar con medidas de coordinación y utilización más eficaces. En tanto, los bancos de datos están en buena medida por crearse aún, para luego alimentarlos y dotarlos de accesibilidad, ya que, si bien existe mucha información científica, falta todavía una articulación institucional que dé respaldo a las decisiones políticas.

En un marco de consenso, se sostuvo que, aunque comúnmente los gobiernos locales trabajen de manera más bien reactiva en las situaciones de emergencia, y no en la prevención de riesgos y vulnerabilidades, los eventos extremos pueden coincidentemente abrir una ventana de oportunidades para la planificación y la remodelación de los espacios urbanos en Latinoamérica.

El contenido de las presentaciones hechas durante el workshop está disponible en:

ipccsrex/es/program

Información para la prensa:

Gerencia de Comunicación de la FAPESP / Asesoría de Comunicación

Samuel Antenor – (55 11) 3838-4381 /

Fernando Cunha – (55 11) 3838-4151 /